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El Catoblepas • número 20 • octubre 2003 • página 12

La ópera y su aporte a la formación
del Carnaval porteño (1800-1880)

Daniel Omar De Lucía

La evolución de la ópera y el carnaval en el Buenos Aires del siglo XIX y su relación con la situación política y social argentina del momento

A Roxana, la salteñita

El medio cultural porteño después de la emancipación

Durante el último decenio de la dominación española en la capital del virreinato del Río de La Plata se fue gestando el esbozo de un espacio publico autónomo del estado colonial en donde la elite criolla comenzó a debatir y desplegar sus estrategias y proyectos.{1} Paralelamente al cambio de poder que se estaba produciendo en la sociedad porteña fue tomando forma un ámbito intelectual de modestas dimensiones (casa de comedias, fiestas carnavalescas, periodismo) con cierta independencia de las autoridades y de la iglesia que en el viejo orden ejercía el poder de censura y moralización. A partir de 1810 el estado revolucionario heredaría las practicas de un poder autoritario que no reconocía separación entre esfera publica/esfera privada y ejercía el control social e ideológico de la población. Los primeros pasos de la renovación cultural después de la emancipación estuvieron relacionados con elementos artísticos y culturales de la sensibilidad de la Europa revolucionaria incorporados a la liturgia patriótica y a los fastos urbanos que se sumarían a la vida cotidiana de la ex-capital virreinal.{2}

Hacia fines del decenio emancipador la incorporación de novedades artísticas provenientes del viejo mundo comienza a gozar de cierta autonomía en relación con el proceso político general. Mientras que el teatro ya estaba instalado en la cotidianeidad aldeana, la incorporación de la ópera significo una ruptura más radical y novedosa. Hacia los años de la experiencia rivadaviana{3} la llegada de artistas europeos y en particular italianos sientan las bases para el nacimiento del teatro lírico en Buenos Aires. Mientras que muchos ejecutantes de instrumentos empezaban a actuar en teatros y tertulias dejando escuchar partituras de óperas, el arribo de algunos cantantes hace posible las primeras representaciones de fragmentos de óperas. Fue el español Roquellas, residente durante años en Italia, quien reunió los primeros elencos italianos que cantaron en el Teatro Argentino en 1823.{4} Este nuevo tipo de espectáculos convocó masivamente a la elite porteña y a los extranjeros ricos que vivían en la floreciente ciudad-puerto.{5} Casi como un símbolo de la indiferenciada incorporación de novedades artísticas estas primeras representaciones de óperas incluyeron en el programa curiosidades científicas.{6} En 1826 se representaron por primera vez dos óperas completas: El Barbero de Sevilla y L'Inganno Felice,{7} ambas de Rossini, cuya popularidad llegaba al cenit de los escenarios europeos. De esta manera el ámbito cultural neo-clacisista animado por los intelectuales rivadavianos incorporaba elementos tomados del corazón de la Europa romántica. Comenta El Argos sobre un homenaje realizado a Rossini en París:

«Este celebre compositor está en París; en donde le han hecho salir a las tablas de la ópera, después de la representación de su Barbiere di Seviglia, para recibir el aplauso público. Esta costumbre francesa, cuando no se prodiga indiscretamente, sirve a la vez de estímulo y de recompensa al ingenio.»{8}

En los años que siguieron a este breve primavera neoclásica la ópera porteña siguió ocupando un lugar en la vida cultural de la ciudad, pero adaptada al proceso de mestizaje cultural que caracterizó la vida de muchas ciudades iberoamericanas en los decenios que siguieron a la emancipación. Durante las décadas de 1830 y 1840 el teatro lírico fue parte de un espacio en donde se mezclaba lo criollo y lo europeo. Los programas de las veladas musicales incluían junto a los fragmentos algún sainete ligero de tema español o danzas criollas.{9} En 1828 en los suburbios semi-rurales de la parroquia de San Nicolás, Santiago Wilde inauguraba el Vauxhal o parque argentino en donde compañías francesas representaban operetas en ese idioma. También actuaron en ese lugar las primeras compañías de Circo que incluían fragmentos de ópera bufa que permitieron a los porteños conocer a los personajes de la comedia del arte italiana [pierrots, polichinelas, arlequines].{10} En Florida y Paraguay en un local llamado el Anfiteatro se daban
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